Un día leí

Un día leí Cuando Joana Carda hizo una raya en el suelo con la vara de negrillo, todos los perros de Cerbère empezaron a ladrar, y 412 páginas después me había convertido para siempre (según confirmé con los años) en una fanática de historias terriblemente densas en fondo y forma, de lectura difícil y planteamientos muy audaces.

Hoy, de todo lo leido me quedo con todo y me apetece enlazar un texto que rezuma ternura, sabiduría, encanto, talento y humildad, con el deseo de que despierte alguna emoción dormida.

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