Por supuesto

Villa no ha metido el penalti porque yo no estaba mirando. Una llamada de teléfono -¡quién llama por teléfono cuando juega la roja! (normalmente yo, que soy bastante inoportuna, ja)- me ha despistado treinta segundos de la tele, los decisivos. Justo cuando más me necesitaban voy y desvío la mirada (y la atención) de las piernas de turno. Me siento fatal y sólo espero que españa me perdone.

En el próximo silenciaré hasta el cargador.

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