Recuperada, o casi.

Estoy de nuevo en la mesa negra de mi oficina gris. En plena última escena. Veo la meta ¡ya la veo! pero esta maldita cuesta me deja sin aire en los pulmones (recuerdo que llenos de neumonía). Tengo que parar para respirar. Me desespera la línea del horizonte. Parece que no se mueve, aunque sé que sí, que me acerco lentamente (peeerooooo muuuuyyy leeeentaaaaameeeeenteeeeeee).

Ay, qué largo.

Luego está lo de los libros. La enfermedad me ha regalado unos cuantos. Así, de impresión, me ha parecido La estrella de madera, un librito de relatos de Marcel Schwob. También he leido Una novelita lumpen, de Roberto Bolaño, La perla (Steinbeck) y Crónicas de motel (Sam Shepard). Ay, y uno que se titula Maldito karma que me ha parecido flojillo, aunque le reconozco la gracia (es de un escritor alemán que se llama David Safier).

De música os dejo el enlace de un tema del que estoy prendada.

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