Sunday

No puedo decir que éste haya sido un literal día de sol, que no, pero sí lo ha sido en esencia. Me he despertado una borreguil hora antes de lo esperado y el salón lleno de otoño me ha pedido a gritos un poco de jazz.

Los domingos son días extraños. Será su falta intrínseca de actividad, o la posibilidad de despertar en blanco, o el día por delante que se desliza cabezón hacia el siguiente madrugón. Es un día paréntesis, de cine y paseos, de aperitivo, de periódicos, de ver los árboles desde el salón.

Los domingos pasan con la inercia de la vida, pero éste no. Hoy he disfrutado cada momento del día. De la mañana con Billie, de mis libros (después de un pestiño he cogido con acertadas ganas la playa de los ahogados, de Domingo Villar – siruela) y de mis “escribiditas”.

También está lo de Rossi. Pero eso ya es amor.

Comentarios

BailaBailarina ha dicho que…
con Billie Jean???? :O)

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