Dos aciertos

Leo siempre y leo mucho y me ocurre algo curioso: ante la pregunta ¿qué estás leyendo? suelo quedarme en blanco.

Olvido con una facilidad pasmosa libros e historias la mayor parte de las veces. Tengo una biografía de Melville inacabada sobre la mesa, que se ha convertido (ay) en el comodín ante la mente en blanco. Pues... esto... mmm... la biografía de H. Melville, así que me acuerde (re ay).

Esto viene al hilo de dos de los libros de este fin de semana. Experiencia, de Martin Amis y La isla de las palabras, de un escritor francés que se llama Erik Orsenna. Si alguien me hubiera preguntado hoy qué estás leyendo no hubiera dudado en (i) contestar y (ii) describir en la medida de mis posibilidades el porqué del entusiasmo que han provocado en mi ánimo, por lo general bastante cansado.

El primero es una recomendación “experta” de hace unos días. Lo compré, lo abrí y hasta ahora.

Es una autobiografía muy bien llevada y estructurada que mezcla el recorrido vital del autor con reflexiones sobre la literatura, autores o el oficio del escritor (y otras menos literarias, pero una está para lo que está). Un libro brillante, muy interesante y -por qué no- también entretenido.

En cuanto a la isla, lo compré con intención infantil y me lo he quedado para mí para siempre. Cuenta la historia de dos hermanos que despiertan en una playa. Han sobrevivido a un naufragio, que -no todo iba a ser perfecto- les ha arrebatado las palabras, así que no pueden hablar (angelitos). En la isla se encuentran con unos personajes que les acompañan y les ayudan a recuperar el lenguaje (les llevan por ejemplo a la tienda “el vocabulario del amor”, donde se venden palabras útiles para expresar sentimientos:

“- tengo lo que necesita, un segundito. Aquí está. Tiene usted donde elegir: aflicción...
- Eso suena mal.
- Neurastenia...
- Parece un medicamento.
- Desesperación.
(…)
La mujer deslizó una moneda en la mano del vendedor y se marchó reconfortada (...)”.

Un librito precioso.

Los dos me parecen muy recomendables y los dos me han interesado lo suficiente como para recordar que los estoy leyendo.

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